Dice:”estaré allí cuando partas”. Dice como si supiera de partidas y regresos. Se hace a la idea de que un reencuentro es posible. Se llena de plegarias y de promesas. Pero la mujer es ya un saco azul en la tormenta, una lluvia entre las cosas quietas del mundo, un sueño. Ella es la distancia. El hombre la ve irse, entrecortada de agua, la calle fría, el boulevard sin luz para hacer de fondo a ese nuevo olvido. Hablar de amor es hablar de despedidas. No verse más para estar viendo siempre, para siempre, una calle, una mujer que no es nuestra alejándose en el agua.
Escribí un comentario hace varios días, pero no apareció. es una pena, porque no hago borradores. todo lo tuyo, ¡de excelencia!. Verremos si esto aparece. Ro.
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