miércoles, 7 de julio de 2010
La quietud
La pausa de los objetos y el calor vibrándoles la cara en luz. Algo canta. Pausadamente, se detiene, ensaya un vuelo y cae sobre la sombra. (No tener más este enero para irse rumiando distancias, haciendo lejos esa cercanía abochornante de saberte). Uno necesita el sudor del otro. La tibia esencia que se desprende de una mano, de un abrazo y viene hacia nosotros en plan de conquista. Busco la puerta que se entromete entre uno y la pasión, entre aquello sentido y lo que deseamos sentir, como al inicio.
La quietud de los objetos. La certeza de no volver más del primer beso.
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Será que esa necesidad sea la corriente por la que transitamos y nos permite percibir la "quietud de los objetos". Me ha gustado mucho esa frase. Saludos.
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