martes, 20 de julio de 2010

Un hecho desafortunado


La mujer protagonizó un hecho desafortunado. Salía del mercado, dos frutas azucaradas en cada mano, la cartera bamboleante en el hombro, el rubor payasesco en el rostro feliz de dulce. Cuando llegó a la esquina se dio cuenta que los sabores se le diluían en una plenitud incierta en la boca. De pronto fue todo amargo para ella. Hasta los restos de naranja que movía de un lado al otro con la lengua. Pero lo verdaderamente siniestro llegó después cuando en la casa, su marido, de pantuflas y gorro de lana, miraba el partido por la televisión. Al darse un beso que ninguno de los dos sintió, el hombre eructó sonoramente cerveza y apreció emocionado: “Todavía sos mi bomboncito”.

¡Feliz día del amigo para todos!

1 comentario:

  1. Las palabras dulces acompañadas de la amargura de un eructo cervezal. Qué cruel! Linda descripción, estimado. Placer pasar por acá. Feliz día también y saludos.

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