jueves, 21 de octubre de 2010

Faltas


En el lugar de la herida quedó un hueco. Un ruiseñor hizo nido en ese hundimiento rojo de la carne. Ella imagina lo que alguna vez estuvo: un duelo que cuesta hacerse, una falta que llora en silencio.
Le dicen que no piense más en lo que le sacaron, que vea mas bien la parte positiva de todo aquello: ahora hay más luces, más claridades donde columpiar los ojos; hasta el bosque que tanto anhela recorrer, se le antoja una posibilidad, un derrotero cierto.
Por más que las voces vuelvan con mensajes solares y frescos, ella sabe que no estará más eso para acompañarla, que es perversa su ausencia.
Con la extirpación se ha curado y sin embargo, la muerte se anuncia en cada arboleda.

2 comentarios:

  1. Precioso poema en prosa. La ultima estrofa, clamorosa.

    Un abrazo.

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  2. Dejp de tristeza, de ruiseñor ninguneado, de nido infértil. Olores de flores marchitándose. Sensaciones que me ha traído este texto, que me ha gustado. Un abrazo.

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