sábado, 1 de octubre de 2011

Rojo


Cortó camelias rojas y las puso en un vaso. Desgranó pétalos mientras caminaba por la cocina. En algún momento, sostuvo el invierno con los dedos.

¿Será posible querer así, tan de golpe, como quien se arroja al mar sin razón ni juicio, a pura sal sobre la piel nueva? Pero… ¿será posible andar de una vez, presumiendo alertas, sin mar dibujado en los fríos de la mañana? ¿Será posible esta piel en rojo derrame de pétalos y agua fresca?

Cortó camelias rojas. Y se olió agosto en los dedos.

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