miércoles, 28 de abril de 2010

Avisos clasificados


Hoy. Cuando llegue la hora naranja del instante; cuando haga el sol su parpadeo negro y nos miremos las caras para herirnos con ese silencio siempre igual encima del espejo. Digo, hoy. Cuando seamos solamente eso que somos, una forma tan casual como practicar un grito o como decirlo, sin ensayos, negando la perfección que ambicionamos.
Hoy. Nos atreveremos a callar a dios con la confianza del insomnio. Y a ignorar la cobardía, también, como si fuéramos eternos.

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