jueves, 2 de diciembre de 2010

Versión sencilla de la derrota


Una mala noticia, el instante en la que ilusión se pierde, la vida se queda sin espesor, se adelgaza para mal, el agua de lluvia deja de golpearnos la cabeza y las hojas del fresno se deshacen en sequedades crujientes.
En un momento, lo anhelado aguardaba ser asido, un lugar común del apremio, una satisfacción retrasada. Y al terminar de pestañar la espuma se hizo mar, se congeló en cielo, en sales, en nada. Uno está solo con eso que quiso tanto, que noche tras noche imaginó suyo, completo, cómplice. Se terminan los suburbios de la realidad; queda el revés, la espalda de la espalda, unos ojos huecos.
Remontar los escombros para tener otra vez una esperanza, un amanecer exquisito, cierto. No está permitido desobedecer las derrotas porque eso es el premio: creer en el árbol cuando estamos en mitad de desierto.

2 comentarios:

  1. Muy bello texto. Tiene frases muy logradas, a mi humilde entender. Un gusto pasar nuevamente por aquí, ahora que tengo un poco más de tiempo. Saludos.

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  2. Me entreno en fracasar, como diría Diógenes.
    Saludos!!

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