Sos, fuimos, un refugio. Balsa en mitad del río quieto; arena sobre un trozo de hielo.
Sos, fuimos, una mancha en la huella. Y mientras todos los hombres amados se mueren por la voz, la noche adquiere modos curiosos para decirnos.
Fuimos, sos, esta hora extraña en que te recuerdo.
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